El portal de Sant Antoni es un portal con torre que se encuentra en el corazón del centro histórico de Vila-seca. Declarado Bé Cultural d’Interès Nacional.
El primitivo recinto amurallado situado al este de la actual iglesia y defendido por cuatro torres resultó insuficiente. A mediados del siglo XIV se comenzó a fortificar un segundo perímetro amurallado que serviría durante 400 años. La villa tenía un peso específico superior que los territorios vecinos y era vital que se defendiera del saqueo y de los peligros exteriores.
El Portal de Sant Antoni es el único que se cita habitualmente y que conserva todavía el aspecto de una puerta de muralla del segundo perímetro fortificado de Vila-seca. La calle interior era la calle de la Mar, y la salida del recinto amurallado, en dirección al mar, se llama Raval de la Mar. En dirección poniente se extiende la calle dels Ferrers, antiguo Raval de la Presó que en dirección noreste comunica con la calle de Sant Josep, antiguo arrabal homónimo.
El Portal de Sant Antoni es uno de los ítems de la ruta para conocer el centro histórico de Vila-seca a través de los monumentos patrimoniales que disponen de un código QR.
La antigua Vila-seca del Comú, convertida en Vila-seca de Solcina en 1525, ocupaba el corazón actual de la villa. Iba desde el Portal de Sant Antoni, al sur, hasta el Portal de l’Església o Portal de la Plaça de Voltes, siendo el Portal de la Riera su lado opuesto de poniente. Además, las paredes exteriores fortificadas y una docena de torres de defensa protegían un espacio suficiente para alojar con seguridad a centenares de personas. Cabe recordar que, durante 300 años, Vila-seca sufrió ataques piratas, y que fue el núcleo de concentración de los habitantes de otros territorios más desprotegidos.
Desde el Portal de Sant Antoni y el Raval de Mar las comunicaciones con los lugares más dinámicos de la comarca eran excelentes. Se podía tomar el camino del Mas de la Sana, el camino de la Pineda, el camino de Cambrils y el camino de la Selva al puerto de Salou.
Como corresponde a una puerta de muralla, el Portal de Sant Antoni es una construcción sólida, de piedra de sillar en la parte inferior, que se convierte en piedra y mortero en la parte superior. En el paso inferior hay un arco a cada lado y un techo de vigas. Sus dimensiones son de 6,3 por 4,25 metros, siendo el grosor de los muros de 70 centímetros. El interior está distribuido en pisos de viviendas. No hay señales de almenas. La fachada frontal exterior conserva un matacán que probablemente tenía la lógica función de proteger.