El Parc de la Torre d’en Dolça es una zona verde situada al lado del Raval de la Mar, carretera que une Vila-seca con la Pineda. Este parque constituye un importante pulmón verde de gran utilidad social, deportiva y cultural y está diseñado bajo criterios de sostenibilidad.
Denominado así por la torre situada en medio del parque, la cual está integrada dentro de un parque natural de 37 hectáreas. El espacio alberga actualmente restos de una villa romana, antiguas pedreras de soldó y construcciones agrarias como riegos y márgenes de piedra seca.
También se han creado distintas lagunas artificiales y zonas húmedas con macrófitos donde se observan gran cantidad de aves migratorias y se pueden ver centenares de árboles, como olivos, algarrobos, pinos y eucaliptos.
El parque también alberga el circuito hípico que durante la Festa Major d’Hivern, en honor a Sant Antoni, acoge las tradicionales cursas de caballos, declaradas Element Festiu Tradicional d’Interès Nacional. En el Parc de la Torre d’en Dolça encontrarás dos zonas acondicionadas como parques de salud, podrás hacer rutas a pie o en bicicleta y también descansar en alguno de sus rincones para coger fuerzas y continuar visitando la destinación.
Algunos autores han datado la construcción de la torre en el siglo XVI, aunque otros documentos encontrados indican que la torre d’en Dolça era el antiguo castillo de Salou, ya documentado en el siglo XII. En el siglo XVI, época dónde la piratería hizo más estragos, la Torre se convirtió en una guarnición permanente. La Torre d’en Dolça, con sus 110 m2 de base, era la de mayor envergadura de todo el entramado de defensa y, junto con su posición estratégica, se convirtió en un excepcional nexo de unión entre las torres de guardia de la costa y las más próximas al núcleo de la villa.
La Torre d’en Dolça presenta una planta casi cuadrada de 10 metros por 11 metros de lado, con muros de 90 cm de grosor. En su interior aún se conserva el arranque de un arco que cortaba de manera transversal el espació interior para apoyar el techo a la planta baja. Allí, se abre una apertura bastante grande con un arco de medio punto rebajado por dentro. Aun están presentes las trazas de cerrojos y de madera que embarraba las hojas de la puerta. En su origen, el primer piso era la planta noble. En los dos únicos muros originales conservados aparecen sendas ventanas con un simple arco falso.
Antiguamente, en este espacio se desarrollaba la actividad agrícola basada en los cultivos mediterráneos, principalmente la olivera, el algarrobo y la viña. Otra actividad importante de este lugar era la extracción de piedra natural de la cantera d’en Dolça, utilizada durante muchos siglos para la contracción de catedrales, cooperativas y edificios modernistas catalanes. De esta se extrajo la mitra, piedra que se utilizó para la construcción de la Catedral de Tarragona.
L’Ajuntament de Vila-seca, junto con la Generalitat de Catalunya, llevó a cabo distintos trabajos de documentación arqueológica y de rehabilitación en el año 2005. La restauración consistió en la consolidación de los muros de masonería existentes, el cierre perimetral con fábrica de ladrillo de color tierra adecuado con los muros antiguos, la formación del tejado con una estructura de madera y la colocación de un techo entremedio y una escalera metálica de acceso a la planta alta.