El Santuari de la Mare de Déu de la Pineda, situado a unos 300 metros al norte del cruce entre la autovía Salou-Tarragona y el Raval de la Mar, en dirección a Vila-seca, es muy conocido por los autóctonos por la tradicional romería que se realiza el lunes de Pascua.
El arzobispo Joan Lario concedió en 1772 permiso a Vila-seca para ir en procesión el segundo día de Pascua Florida y celebrar una fiesta. En otros tiempos fue iglesia y parroquia del antiguo territorio de la Pineda.
El templo es de la primera mitad del siglo XIII, si bien en aquella época solo queda la torre de defensa anexa, ya que el edificio actual es del siglo XVIII. Hasta aquel momento en el que se convirtió en santuario, había sido iglesia y parroquia del antiguo territorio de la Pineda. Destaca en su interior el retablo del mismo siglo del edificio, que enmarca la imagen de la Mare de Déu, un bajo relieve en placa de piedra que se cree de la segunda mitad del siglo XIV.
La ermita de la Verge de la Pineda era en sus origines un castillo que la iglesia adquirió, con licencia de Pere el Catòlic en el año 1211.
Los primeros documentos que hablan del santuario corresponden a los años 1327, 1348 y 1362. Normalmente eran testamentos y donaciones a favor del Santuario de la Mare de Déu de la Pineda. El cementerio de la parroquia se encontraba al sur del templo, ante una puerta lateral, junto a la torre. A mediados del turbulento siglo XVI fue uno de los lugares elegidos para intercambiar cautivos. En esta época y a principios del siglo XVII comenzaron a convertirse en habituales las peregrinaciones masivas desde Vila-seca. Cabe destacar la que hubo en 1611 para bendecir y bautizar una campana.
El edificio fue ampliado gracias a una autorización de 17 de abril de 1708. La actual iglesia fue bendecida en 1758. El altar mayor es de estilo barroco y fue tallado por el artista Antonio Ocharo. Contrasta con la austeridad y la elegancia del edificio, cualidades siempre mantenidas a pesar de las sucesivas reformas del siglo XVIII. Estas obras y la constitución de municipios en 1837 dieron lugar a situaciones curiosas entre Salou, la Pineda y la Canonja. Más tarde, el edificio fue excluido de la ley de desamortización. Estas son las raíces del próspero núcleo turístico de la Pineda.