El Celler de Vila-seca se encuentra muy cerca del Castell de Vila-seca y tiene la consideración de Bien Cultural de Interés Local. El edificio se construyó en el año 1919, obra del arquitecto Pere Domènech i Roure (hijo del arquitecto Lluís Domènech i Muntaner).
El Celler de Vila-seca, de estilo novecentista, fue adquirido por el Ayuntamiento de Vila-seca en 2014. Recientemente, se ha llevado a cabo un proyecto de restauración y museización del Celler, una iniciativa que cuenta con la financiación de los fondos europeos FEDER. El proyecto global pretende crear un Parque Cultural entre los dos grandes equipamientos que dispone la zona de levante: el Castell de Vila-seca, y el conjunto arquitectónico del Celler de Vila-seca, para permitir varios usos culturales.
Las obras del Celler de Vila-seca han consistido en la completa restauración del edificio patrimonial para su utilización como edificio multifuncional, cultural y museístico. En total, un nuevo equipamiento con 3.150 m², repartidos en dos plantas.
El proyecto ha potenciado el interés arquitectónico del edificio mediante la puesta en valor de las preexistencias y elementos arquitectónicos que lo hacen único: ha mantenido y respetado la concepción originaria de los espacios interiores, ha preservado los menajes, los materiales, y ha colocado las nuevas infraestructuras y elementos funcionales en cuerpos o volumetrías anejas sin alterar el Celler de Vila-seca original.
Sin embargo, en paralelo, el proyecto ha estado osado en su planteamiento: la nueva caja escénica ha convertido la antigua tapia del Celler de Vila-seca en una nueva fachada enfrentada al Parque del Castell; de este modo el Celler de Vila-seca ha dejado de ser una obra inacabada.
Museización
El objetivo de esta actuación es el diseño y construcción de un museo diferente, sorprendente y emocional, destinado a impactar a los ciudadanos de Vila-seca con su historia íntima reciente que recalca la importancia del legado del cooperativismo en Vila-seca y también al visitante de fuera, convirtiéndose en motivo de visita cultural y turística.
Tradición y tecnología
El Museo del Celler de Vila-seca es un espacio donde la tradición y la tecnología se unen con el objetivo de divulgar el valor del edificio, la práctica de la viticultura en la zona en los últimos 100 años y la historia, el esfuerzo y el entusiasmo de sus protagonistas.
Sala de prensado
En la sala de prensado podréis ver restauradas las antiguas máquinas de prensado y los sistemas de bombeo hasta los cups y las tinas. La museografía de esta sala quiere explicar la historia de la antigua bodega cooperativa y divulgar el conocimiento de la producción del vino y la labor de los socios viticultores de la Cooperativa.
Sala de elaboración
En la nave de elaboración es donde los campesinos llevaban, pesaban y prensaban la vendimia. Hoy, una gran proyección animada de video mapping narra de forma ilustrada el proceso de elaboración del vino, desde la vendimia hasta la mesa. En esta sala también encontraréis espacios interactivos para comprender y profundizar sobre la creación, función y arquitectura de las bodegas de Cataluña.
Experiencia virtual
Una innovadora experiencia virtual de 5 minutos de duración nos adentra, a través de una gran potencia visual y sensorial, en el proceso de la primera construcción del edificio por parte de su arquitecto, Pere Domènech i Roura, y en la participación de los propios socios de la cooperativa.
El Celler Noucentista es uno de los ítems de la ruta para conocer el centro histórico de Vila-seca a través de los monumentos patrimoniales que disponen de un código QR.
Más información en: https://celler.vila-seca.cat
Un poco de historia
Algunos autores han datado la construcción de la torre en el siglo XVI, aunque otros documentos encontrados indican que la torre d’en Dolça era el antiguo castillo de Salou, ya documentado en el siglo XII. En el siglo XVI, época dónde la piratería hizo más estragos, la Torre se convirtió en una guarnición permanente. La Torre d’en Dolça, con sus 110 m2 de base, era la de mayor envergadura de todo el entramado de defensa y, junto con su posición estratégica, se convirtió en un excepcional nexo de unión entre las torres de guardia de la costa y las más próximas al núcleo de la villa.
La Torre d’en Dolça presenta una planta casi cuadrada de 10 metros por 11 metros de lado, con muros de 90 cm de grosor. En su interior aún se conserva el arranque de un arco que cortaba de manera transversal el espacio interior para apoyar el techo a la planta baja. Allí, se abre una apertura bastante grande con un arco de medio punto rebajado por dentro. Aún están presentes las trazas de cerrojos y de madera que embarraba las hojas de la puerta. En su origen, el primer piso era la planta noble. En los dos únicos muros originales conservados aparecen sendas ventanas con un simple arco falso.
Antiguamente, en este espacio se desarrollaba la actividad agrícola basada en los cultivos mediterráneos, principalmente la olivera, el algarrobo y la viña. Otra actividad importante de este lugar era la extracción de piedra natural de la cantera d’en Dolça, utilizada durante muchos siglos para la contracción de catedrales, cooperativas y edificios modernistas catalanes. De esta se extrajo la mitra, piedra que se utilizó para la construcción de la Catedral de Tarragona.
El Ajuntament de Vila-seca, junto con la Generalitat de Catalunya, llevó a cabo distintos trabajos de documentación arqueológica y de rehabilitación en el año 2005. La restauración consistió en la consolidación de los muros de masonería existentes, el cierre perimetral con fábrica de ladrillo de color tierra adecuado con los muros antiguos, la formación del tejado con una estructura de madera y la colocación de un techo entremedio y una escalera metálica de acceso a la planta alta.











